Los efectos del desalojo luego de la toma de la Universidad de El Salvador han traído consecuencias a la mayor parte de estudiantes, acostumbrados al servicio que se ofrecía en los diferentes locales, así como a comprar productos, entre ellos alimentos, en las ventas ubicadas dentro del alma máter.El cierre de ellos nos ha afectado a muchos porque ahora nos vemos en la dificultad de caminar hasta las afueras del recinto universitario en busca de recargas telefónicas, fotocopias, papel. Materiales y golosinas, entre otras.
Estas decisiones de las autoridades han acarreado el descontento, pues no se ha pensado en la comunidad estudiantil como clase trabajadora, ya que al cerrar las ventas dentro de la UES se ha generado inconvenientes entre los estudiantes ya que las ventas que se encuentran fuera de las instalaciones se está aprovechando de la coyuntura dentro de la UES, así como la que se vive actualmente en todo el país con el tema del gas.
Es de hacer conciencia también que no solo se está afectando al estudiante sino a los vendedores informales que ya habían encontrado una forma de vida a través de estas ventas con las cuales nos favorecíamos en tiempo y atención; ahora la estamos viendo “a palitos” al ir a comprar fuera a un mayor precio y con el peligro de ser asaltados.
Ante esta situación, como estudiantes nos encontramos en un punto crítico porque se ven sin rumbo las decisiones de las máximas autoridades con estas acciones.
Ojalá que las mismas nada tengan que ver con el periodo eleccionario a las puertas en la institución, en donde ya se comienzan a sentir las demandas y exigencias por un mejor futuro en nuestra alma máter. Y respecto a las ventas y locales clausurados esperamos que pronto se les dé una solución que nos incluya como beneficiarios del servicio que los mismos venían presentando antes del cierre.
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