jueves, 7 de abril de 2011

EDITORIAL - ¿Emulos de Pilato?


Hablar de huelga de hambre nos hace referencia  a casos tan emblemáticos de personajes que con convicciones firmes se privaron de alimentación con el único objetivo de provocar cambios a favor de las causas que los movía.
Premia en todo sentido la convicción, asumimos  entonces sin temor a equivocarnos que para este tipo de huelguistas su fortaleza radica en un hecho que tiene su fundamento en una postura un tanto martirista más que en el simple hecho de padecer hambre de manera auto impuesta. En casos similares por ejemplo en las prisiones cuando los reclusos hacen huelga de hambre suelen coserse la boca como símbolo que no se alimentarán.
En la entrada principal de la Universidad de El Salvador (UES) hay cinco jóvenes apostados en tiendas de campaña que se han manifestado en contra de la negativa de las autoridades universitarias de abrir más cupos a estudiantes que por la vía natural de admisión para nuevo ingreso no pudieron aprobar debido a sus bajos promedios.
¿Cuál es la disyuntiva sobre este problema?. Dar un sesgo definitivo, sería hasta irresponsable. Los jóvenes que luchan por la posibilidad de ser admitidos están en su total derecho de tomar las medidas que crean consecuentes, de igual manera las autoridades hacen lo correcto (otro tema de discusión) en hacer la selección con base a los promedios requeridos para ingresar.
El Concejo de Educación Superior determina que debe haber preferencia por los desposeídos; en ese sentido todos aquellos estudiantes independientemente de sus promedios tienen derecho a estudiar; pero por otro lado la ley Orgánica de la universidad apunta  a que se requiere del promedio establecido para poder ingresar.
Tomando como ejemplo los jóvenes que vienen de clases sociales altas, los cuales no tendrían ningún problema en estudiar en otra universidad o aún en universidades extranjeras, pero que deciden estudiar en la UES, y se sometieron al proceso de admisión aprobando el examen con promedios excelentes tienen también todo el derecho de estudiar en la academia.
Definitivamente el proceso de admisión tiene sus rasgos elitistas, pero no en el sentido social sino que hay todo un proceso de elección para poder ser alumno de la institución.
Los  huelguistas que siguen en la entrada principal de la universidad a lo mejor son tan solo un grupito de pretenciosos, o tal vez son personas que realmente tienen una convicción personal. Hasta qué punto están siendo influenciados por algunos sectores que están inmersos en la institución es siempre un secreto a voces. Si se les pregunta a estos muchachos al respecto, enfáticamente dicen que lo hacen por convicción propia y que de hecho no tienen apoyo de alguna organización; sin embargo las conclusiones de éstos distan mucho de seres que sostengan una postura sustanciosa.
El meollo de esta problemática tiene más vueltas que una tuerca sobada, quizá estamos lidiando con pseudo huelguistas y con autoridades que prefieren hacer la gran Pilatos.

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