Iliana Rivas.
REDACTOR
El nuevo comedor universitario de la Universidad de El Salvador (UES), también conocido como la estrella, vuelve a abrir sus puertas para la comunidad estudiantil, luego de permanecer cerrado durante 30 años el cual actualmente fue remodelado después de estar en el abandono debido a los daños en su infraestructura causados por el terremoto de 1986.
Según cuenta la licenciada del Departamento de Periodismo Gloribel Cabrera, antes en la UES existían varios comedores, uno en arquitectura, el de agronomía, otro en Psicología y el comedor que se reinauguró el pasado 29 de marzo, este último construido en el año de 1966 el que hasta la fecha no ha tenido ningún cambio en el diseño de su edificación comenta Cabrera.
Así también la docente recuerda que en el año 84 cuando ella estudiaba en el alma mater, los alimentos que vendían en el establecimiento de la institución eran muy económicos, ya que un plato de comida abundante tan solo costaba 85 centavos de colon para ese tiempo.
Además Cabrera dice que no existía el actual cafetín de la UES, ubicado en frente del edificio de Periodismo y Letras, el cual ha alimentado por años a cientos de estudiantes de la comunidad universitaria.
El comedor que hoy en día abre sus puertas de nuevo; fue ocupado por muchos años como oficinas centrales luego de cerrarlo en los 80 debido a la ofensiva militar y seis años después por el terremoto que devastó al país en 1986; entre las oficinas que se establecieron en dicho lugar se encontraban Rectoría, Fiscalía, Comunicaciones, Administración Académica entre otras, todos ellos no tenían un lugar estable señala la licenciada Cabrera.
“Recuerdo que durante la ofensiva militar las oficinas centrales estaban allí y creo que este hecho y el terremoto de 1986 fue un buen protestó para cerrar el comedor universitario y abrir las puertas para que se ubicaran en ese lugar todas las oficinas” dice Cabrera.
Por otra parte la educadora indica que en la actualidad, con la nueva inauguración del comedor universitario, espera que todo sea igual que antes, que se establezcan en los platos de comida precios adecuados para los estudiantes y que eso no sea momentáneo sino que siga así durante todo el tiempo sin subir costos, ni bajar la calidad de los productos.
Cabrera agrega que hasta el momento no ha tenido la oportunidad de ir a comer a dicho lugar y que según lo que ha observado es que se está estableciendo una dinámica diferente en la forma de la atención y la organización de los encargados con relación al cafetín que hasta algunos días atrás era el principal establecimiento de comida de la Universidad.
“Veo que está bastante lleno, por eso no he ido, y desde el 86 no voy a comer en ese lugar” finaliza Gloribel Cabrera.
Actualmente el comedor universitario luego de haber abierto sus instalaciones cuenta con un servicio adecuado, con una buena atención a todas las personas; así también cuentan con nutricionistas encargados de verificar todos los alimentos que allí se venden para determinar que los estudiantes, docentes y empleados se estén alimentando saludablemente.
Los precios y las porciones de los platos de comida hasta el momento son aceptables por las personas, ya que según indica el estudiante de tercer año de Periodismo Marcos Pérez, el lugar está muy limpio y hoy se siente una gran diferencia a comparación de antes debido a que hoy paga por un plato de comida $1:20, lo que en el otro cafetín pagaba por las mismas porciones 1:60 de dólar o 2 dólares.
Aunque según informa el estudiante, hay un defecto en el nuevo comedor ya que en el segundo día de comer en ese lugar, el plato le costó $1:25, cinco centavos más que la primera vez; así también las porciones cambiaron dado a que hoy son mucho más pequeñas que antes, además, el menú diario por cada tiempo de comida ya está determinado y no se puede cambiar al gusto del cliente.
“Ayer las porciones de comida eran grandes y ahora son mucho más pequeñas, esto quizá se da por que ayer fue el primer día” dice Pérez
A pesar de la reinauguración y la existencia del nuevo comedor universitario, el antiguo cafetín del campus, sigue funcionando de igual manera y como siempre, se observa a igual número de estudiantes realizando largas colas para comprar sus alimentos, lo que significa que para muchas personas este establecimiento de comida sigue siendo el preferido y el más adecuado para comprar su comida sin importar la nueva apertura de la estrella como comedor.
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